lunes, 1 de diciembre de 2008

Los Vaivenes del Dólar

Entre otras, una de las preguntas que más se hace la gente en estos días es ¿qué está pasando con el dólar y hasta donde va a llegar?. O una más difícil de responder: ¿volverá a subir?

El sistema cambiario que tenemos en la actualidad no está diseñado para hacer apuestas seguras sobre la cotización del dólar, tal y como pasaba anteriormente con las minidevaluaciones. El sistema actual pretende que se refleje en el valor del dólar la escasez relativa de éste, o sea, si hay abundancia su precio bajará y si hay pocos dólares su precio subirá. Pero eso también tiene otra consecuencia: aquellos que pretendan hacer operaciones en dólares tienen que interiorizar el riesgo cambiario.

Si tiene deudas en dólares, pues el tipo de cambio de cambio podría subir o bajar y su deuda crecer o contraerse. Si tiene inversiones en dólares, el tipo de cambio podría subir o bajar y su capital podría crecer o contraerse. Si no está dispuesto a correr con ese riesgo, pues no haga inversiones en monedas distintas al colón y no tome créditos en dólares.

Hoy por hoy lo que estamos experimentando es un fenómeno de "repatriación" de capitales, pues muchos recursos que estaban invertidos en el exterior están ingresando al país para pagar gastos del periodo: impuestos y aguinaldos. Aunque también están jugando otras fuerzas de más largo plazo, algunas de ellas contrapuestas: las exportaciones están creciendo menos, el petróleo bajo de precio en los mercados internacionales, hay menos inversión en el sector inmobiliario, se están importando menos vehículos, podría ser que estén ingresando menos turístas, etc.

Estas fuerzas seguirán jugando en uno y otro sentido para determinar el tipo de cambio, pero más pensando en el transcurso de los meses. Por el momento diciembre es un mes con un tipo de cambio a la baja, cuya recuperación no llegará antes de enero del 2009.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Una Recuperacion Sustentable

NUEVA YORK – La recesión global que hoy está en marcha es el resultado no sólo de un pánico financiero, sino también de una incertidumbre más elemental sobre la futura dirección de la economía mundial. Los consumidores están cancelando compras de casas y automóviles no solo porque sufrieron un golpe a su riqueza tras la caída de los precios de las acciones y el valor de sus viviendas, sino también porque no saben a dónde recurrir. ¿Deberían arriesgarse a comprar un auto nuevo cuando los precios del combustible podrían volver a subir? ¿Podrán poner comida en la mesa después de la aterradora subida de los precios de los alimentos de este año?
Las decisiones sobre las inversiones comerciales son aún más sombrías. Las empresas rehúsan invertir en un momento en que la demanda de los consumidores se está desplomando y enfrentan sanciones por riesgo sin precedentes por sus costos de préstamo. También enfrentan enormes incertidumbres. ¿Qué tipo de centrales eléctricas serán aceptables en el futuro? ¿Se les permitirá emitir dióxido de carbono como en el pasado? ¿Estados Unidos puede todavía permitirse un estilo de vida suburbano, con casas expandidas en amplias comunidades que exigen realizar largos trayectos en automóvil?
En gran medida, la recuperación económica dependerá de una sensación mucho más clara sobre la dirección del futuro cambio económico. Esa es básicamente tarea del gobierno. Después del liderazgo confuso y equivocado de la administración Bush, que no marcó un sendero claro para las políticas de energía, salud, climáticas y financieras, el presidente electo Barack Obama tendrá que empezar a trazar un curso que defina la futura dirección de la economía norteamericana.
Estados Unidos no es la única economía en esta ecuación. Necesitamos una visión global de recuperación sustentable que incluya el liderazgo de China, India, Europa, América latina y sí, incluso de África, durante mucho tiempo marginada de la economía mundial, pero una parte importante de ella hoy.
Hay unos pocos puntos claros en medio de las grandes incertidumbres y confusiones. Primero, Estados Unidos no puede seguir pidiéndole dinero prestado al resto del mundo como lo ha estado haciendo en los últimos ocho años. Las exportaciones netas de Estados Unidos tendrán que aumentar, lo que implica que las exportaciones netas de China, Japón y otros países con excedentes comerciales, en consecuencia, disminuirán. Los ajustes necesarios representan una oscilación de déficit a equilibrio de un volumen considerable de alrededor de 700.000 millones de dólares en la cuenta corriente estadounidense, o cerca del 5% del PBI de Estados Unidos.
El excedente comercial de China podría reducirse en la mitad de esa cantidad (con recortes en los excedentes comerciales que también afectarían a otras regiones globales), lo que representa un viraje en el PBI chino de las exportaciones netas a la demanda interna equivalente a entre el 5% y el 10% del PBI de China. Afortunadamente, China está promoviendo una importante expansión doméstica.
Segundo, la caída en el consumo norteamericano también debería ser compensada en parte por un incremento en la inversión estadounidense. Sin embargo, las empresas privadas no aumentarán la inversión a menos que exista una dirección clara para la economía. Obama hizo hincapié en la necesidad de una “recuperación verde”, es decir, una recuperación basada en tecnologías sustentables, no simplemente en gasto de consumo.
Se debería reequipar a la industria automotriz norteamericana para que fabrique automóviles con bajas emisiones de carbono, ya sea híbridos eléctricos o vehículos con batería. Cualquiera de las dos tecnologías dependerá de un sistema eléctrico nacional que utilice formas de generación eléctrica con bajas emisiones, como plantas eólicas, solares, nucleares o alimentadas con carbón que capturan y almacenan las emisiones de dióxido de carbono. Todas estas tecnologías exigirán una financiación pública junto con inversión privada.
Tercero, la recuperación estadounidense no será creíble a menos que también exista una estrategia para volver a poner en orden las propias finanzas del Gobierno. La idea de política económica de George W. Bush fue recortar tres veces los impuestos al mismo tiempo que alentó el gasto en la guerra. El resultado es un gigantesco déficit presupuestario, que se expandirá hasta alcanzar proporciones gigantescas en el próximo año (quizás 1 billón de dólares) bajo el peso adicional de la recesión, los rescates bancarios y las medidas de estímulo fiscal de corto plazo.
Obama necesitará poner en marcha un plan fiscal a mediano plazo que restablezca las finanzas gubernamentales. Esto incluirá poner fin a la guerra en Iraq, aumentarles los impuestos a los ricos y también implementar en fases y de manera gradual nuevos impuestos al consumo. Estados Unidos actualmente recauda la proporción más baja de impuestos a los ingresos nacionales entre los países ricos. Esto tendrá que cambiar.
Cuarto, las regiones pobres del mundo tendrán que ser vistas como oportunidades de inversión, no como amenazas o lugares que deban ser ignorados. En un momento en que las principales compañías de infraestructura de Estados Unidos, Europa y Japón tendrán una capacidad ociosa considerable, el Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones, el Banco de Exportaciones e Importaciones de Estados Unidos, el Banco Africano de Desarrollo y otros fondos de inversión pública deberían financiar un gasto en infraestructura a gran escala en África, para construir caminos, centrales eléctricas, puertos y sistemas de telecomunicaciones.
Siempre que los préstamos sean a largo plazo y conlleven una tasa de interés modesta (digamos, préstamos en dólares a 25 años a un 5% anual), los países receptores podrían saldar los préstamos gracias al importante estímulo en los ingresos que resultaría en el transcurso de una generación. Los beneficios serían extraordinarios, tanto para África como para los países ricos, que volverían a poner a trabajar a sus empresas y trabajadores calificados. Este tipo de créditos, por supuesto, exigiría una iniciativa global importante, en un momento en que ni siquiera las empresas de primera línea pueden pedir prestado por una noche, muchos menos por 25 años.
En los ciclos comerciales característicos, por lo general se deja que los países gestionen la recuperación, esencialmente, por cuenta propia. Esta vez necesitaremos de la cooperación global. La recuperación demandará importantes cambios en los equilibrios comerciales, las tecnologías y los presupuestos públicos.
Estos cambios a gran escala tendrán que ser coordinados, al menos de manera informal, si no ajustadamente, entre las economías principales. Cada una debería entender las direcciones básicas del cambio que serán necesarias a nivel nacional y global, y todas las naciones deben intervenir en la utilización de nuevas tecnologías sustentables y la cofinanciación de responsabilidades globales, como mayores inversiones en infraestructura africana.
Hemos llegado a un momento en la historia en que el liderazgo político global cooperativo es más importante que nunca. Afortunadamente, Estados Unidos ha dado un paso gigantesco hacia adelante con la elección de Obama. Ahora es momento de entrar en acción.
Jeffrey D. Sachs
Copyright: Project Syndicate, 2008 www.project-syndicate.org

martes, 4 de noviembre de 2008

YES WE CAN


It was a creed written into the founding documents that declared the destiny of a nation.
Yes we can.
It was whispered by slaves and abolitionists as they blazed a trail toward freedom.
Yes we can.
It was sung by immigrants as they struck out from distant shores and pioneers who pushed westward against an unforgiving wilderness.
Yes we can.
It was the call of workers who organized; women who reached for the ballots; a President who chose the moon as our new frontier; and a King who took us to the mountaintop and pointed the way to the Promised Land.
Yes we can to justice and equality.
Yes we can to opportunity and prosperity.
Yes we can heal this nation.
Yes we can repair this world.
Yes we can.
We know the battle ahead will be long, but always remember that no matter what obstacles stand in our way, nothing can stand in the way of the power of millions of voices calling for change. (We want change.)
We have been told we cannot do this by a chorus of cynics…they will only grow louder and more dissonant ……….. We’ve been asked to pause for a reality check. We’ve been warned against offering the people of this nation false hope.
But in the unlikely story that is America, there has never been anything false about hope.
Now the hopes of the little girl who goes to a crumbling school in Dillon are the same as the dreams of the boy who learns on the streets of LA; we will remember that there is something happening in America; that we are not as divided as our politics suggests; that we are one people; we are one nation; and together, we will begin the next great chapter in the American story with three words that will ring from coast to coast; from sea to shining sea: Yes We Can.

jueves, 30 de octubre de 2008

Oro por Cuentas de Vidrio

Alvaro Madrigal
http://www.larepublica.net/app/cms/www/index.php?pk_articulo=17702

Instalado ya Diego de Gutiérrez a orillas del río Suerre en unas chozas deshabitadas que encontró, impuso al lugar el nombre de Santiago. Eran los finales del año 1543 cuando el flamante nuevo Gobernador hizo saber de su llegada. Don Ricardo Fernández Guardia, insigne historiador costarricense, refiere que una de sus primeras disposiciones fue pregonar que, bajo pena de cien azotes para quien lo irrespetara, todos debían dar a su gobernación el nombre de Cartago y Costa Rica, y no el de Veraguas. Y que advertidos los indios de la clase de bicho que había llegado, corrieron a presentarle sumisión y respeto y a entregarle un obsequio de setecientos ducados en objetos de oro bajo. El gobernador —anota don Ricardo— mostrose generoso y dio a cada señor indio una corona de cuentas de vidrio, cascabeles y otras baratijas. Después, “díjoles por señas que él no había ido allí con más objeto que el de enseñarles el camino de la salvación, preguntándoles de dónde traían el oro. Los indios respondieron que de muy lejos y que lo sacaban de los ríos”.
Lo de Las Crucitas lo hace a uno revivir aquellos hechos acaecidos en la medianía del siglo XVI, repetida regla de conducta entre conquistadores y conquistados, impuesta por el poder dominante de aquellos sobre la ignorancia, el temor y las necesidades de estos. Hoy, cuatro siglos y medio después y aunque parezca inverosímil, hay ciertos paralelismos en las conductas que suscita la llegada de una poderosa empresa en busca de oro a Las Crucitas, un perdido punto de la geografía costarricense donde se acumulan las necesidades espirituales y materiales al lado de depósitos auríferos bajo tierra. Se prometen inversiones, donaciones, empleos y reconstrucción de la Naturaleza a cambio del oro sepulto, para cuya extracción hay que remover millones de metros cúbicos de tierra y arramblar, por supuesto, con lo que está en la superficie. Habrá oro, sí, pero al costo de depredar la Naturaleza.
¿Que son 200 Ha., unas docenas de almendros y 35 parejas de lapas? Idiay sí, pero habrá oro, empleo y donaciones... Por diez años. Luego, Naturaleza depredada con la misma alevosía, premeditación y nocturnidad con que se procedió al emitirse el Decreto Ejecutivo que anuló para el caso una política de Estado en pro de la Naturaleza y declaró de conveniencia nacional la arremetida. Pasado todo, de nuevo los ilusos vecinos víctimas del olvido de los gobernantes. Quizá preguntándose qué les dejaron a los indios aquellas cuentas de vidrio y cascabeles.
No, don Oscar, no se trata de atraer cualquier tipo de inversión extranjera. Tampoco de promover indiscriminadamente la actividad minera. Ni casinos ni depredación de la Sierra Costeña de Osa. Si la ambientalmente descontrolada expansión piñera y la irrupción de grandes conglomerados hoteleros donde el agua escasea provocan las protestas populares, no es porque el país repudie el capital privado; es porque percibe que —como en Las Crucitas— no hay compatibilidad con el proyecto adoptado de país en armonía con la Naturaleza y prometido en campaña por usted.

jueves, 16 de octubre de 2008

Estadio Chino de la Pampa en la Sala V

Tragicomedia reciclable en tres actos. Escenario: Costa Rica en el 2009

César Monge

Ingeniero

Acto primero. Furioso vecino de Alajuela reclama: “¿No han visto la presa en la General Cañas? Ampliar el Santamaría trae más pasajeros y taxis, y empeorará el caos vial”. Su abogado dice que, según jurisprudencia del fallo Sala IV vrs. Estadio, Retraso de Amparo del 2008, “si una obra genera tráfico vehicular, debe detenerse”. Se frenan los trabajos en el aeropuerto hasta que las calles sean de nueve carriles.

Como un dominó, igual suerte corren el muelle de cruceros en Limón, el nuevo puerto de Moín, todos los condominios alrededor de La Sabana, el Ebais de Alajuelita y – ¡ay, Dios!– mi casa nueva, porque tengo carro y afecta el cantón de calles angostas.

Al pintor, pianista y planificador urbano Sáenz se le pregunta cuál es el lugar apto, sin presas, para ubicar el Estadio. No puede mencionar ni uno solo. De repente, un ganadero dona un potrero bien grande en Liberia, donde sí caben miles de carros y futbolistas, a cambio de que al Estadio se le agregue “de la Pampa”. Como era un regalo chino, se llamaría: Estadio Chino de la Pampa. No habría crisis vial, ya que, con la ampliación de aeropuerto de Liberia, se podría ir en avioneta a los partidos de la Sele . Alegres gritos de güipipía son el fin del acto primero.

Acto segundo. Fallo de SalaCuartísima Excelencia: no se puede hacer el Estadio Chino de la Pampa. Según el recurso mencionado, “si una obra modifica algún uso tradicional, debe detenerse”. Tradicionalmente, Guanacaste ha sido un potrero con vaquillas, no hay edificios grandes en los cuadros típicos, sino casas de adobe y la Sele siempre juega bola en el Valle Central. De paso, se suspende la modernización de cualquier aeropuerto.

Desde hace décadas no tienen completos los equipos de aproximación por instrumentos y es tradición tica aterrizar visualmente. Radares, luces, GPS y otros sistemas modernos irrespetarían esta costumbre criolla. Se ordena reabrir terminal en La Sabana, donde mi abuelito veía aterrizar aviones DC3 en una pista de zacate.

Se desaloja al Museo de Arte, pues ese edificio fue creado “originalmente” para aeropuerto, no para exhibir cuadros, y ahora lo más importante es el uso “histórico” del terreno, o sea, el pasado. El ICT ofrece turismo: “Nostalgias del Ayer en DC-3”. Fin del acto segundo en blanco y negro con tangos de Gardel.

Acto tercero. Vecino de Pavas plantea acción legal contra terminal de La Sabana porque las hélices hacen mucho ruido y le duele la cabeza. Los ecologistas plantean otras porque los aviones viejos gastan más combustibles y eso daña el ambiente. Se acogen todos los recursos y se suspenden todas las obras en el país.

La Cámara de la Construcción pone salacuartazo: al no haber obras, se pierden empleos. El fallo ordena al Gobierno hacer obras públicas para que se genere trabajo. Se firma, entonces, concesión para ampliar el Santamaría.

Aquí no va el fin del acto tercero, sino que se vuelve al acto primero con música de X-Files de fondo. Es una obra surrealista, por si no lo habían notado. Si repite los actos 1 al 3 varias veces, le garantizamos que el público, frenético, saldrá pegando gritos en histeria colectiva.

Ni Shakespeare habría creado una trama tan complicada como nuestras leyes.

La Sala Cuarta solo sabe fallar. Es insensato buscar el consenso total, espejismo imposible. La represa del Arenal forzó a dos comunidades enteras a trasladarse. La carretera a Guápiles afectó el comercio por Turrialba, y la nueva vía a Caldera bajará las ventas de las cafeterías en San Ramón. Dios guarde, los ramonenses se enteren de que hay Sala Cuarta.

Vivir en democracia es elegir el beneficio para la mayoría, no convertir a un juzgado en el único poder supremo de la República. Preguntas para los abogados: ¿cómo se detiene esta tragicomedia?, ¿se puede crear una Sala Quinta que cierre la Sala Cuarta?


Tomado de la Nación: http://www.nacion.com/ln_ee/2008/octubre/16/opinion1739116.html

martes, 30 de septiembre de 2008

¿La muerte del Capitalismo?: Falso.

Dos o tres generaciones no han sufrido una crisis económica de alcance mundial, como la vivida al inicio de la década de los 30. Mi generación ni tan siquiera recuerda la crisis de la deuda, sufrida por los países de América Latina a inicios de los ochenta. ¿Tiene la crisis actual alguna significancia particular?: sí, es una crisis de exceso de mercado, que será, como otras, resuelta con más Estado. ¿Significa esto la muerte del capitalismo?: no, simplemente la llegada de un proceso de transformación profundo.
Luego de la crisis de 1929, surgió un nuevo pensamiento que estaba basado en un concepto radicalmente nuevo, como lo es la idea de una política económica discrecional, una vuelta atrás en la pretendida idea de que los mercados se auto regulan. Este nuevo pensamiento tuvo como base la idea de JM Keynes de que la depresión, la caída en el nivel de actividad económica y el creciente desempleo, se pueden resolver con la intervención del Estado, a través de un mayor gasto público y la inyección de dinamismo a la demanda agregada.
Sin embargo, las ideas tiene ciclos y esta idea en particular fue vencida por el monetarismo de Friedman y la base política del neoliberalismo, donde el mercado se sacude de las ataduras que le impone el Estado y empieza un proceso de liberalización paulatino. Los impuestos empiezan a bajar, las economías compiten según el menor costo tributario para las empresas y la desregulación es un bien preciado en la competencia entre naciones.
El momento cumbre de esta nueva fase es la llegada al poder de los halcones repúblicanos, que, bajo la lógica reaganomica, reducen los impuestos a las empresas, pero introducen un gasto militar record, que socava las bases de la competitividad de la superpotencia. El déficit fiscal record le impide al Gobierno de los Estados Unidos invertir en su infraestructura, recuperar sus carreteras y dinamizar su economía. Los puentes empiezan a caer y la economía se prepara para tambalearse.
Cuando la crisis de las hipotecas de alto riesgo empieza a resonar, el gasto público estadounidense no aparece para compensar los vaivenes del gasto privado, así queda abierta la puerta para la recesión. Cuando la epidemia ataca, los primeros en caer son los más débiles, en este caso fueron los bancos.
Entonces, ¿qué va a pasar ahora?. Pues es muy probable que la economía de un giro hacia el Estado, donde la política económica discrecional y activa será la tónica. En este contexto las nuevas potencias adquirirán más fuerza, pues tendrán recursos para inyectarle a sus economías a través de una mayor inversión pública, recursos que en muchos casos vendrán del petróleo y de otras materias primas. La aventura militar de los Estados Unidos en medio oriente deberá acabar, volviendo su mirada y sus recursos hacia su maltrecha economía. Es un momento de oro para impulsar una economía más verde y reducir los costos de la energía con el impulso público a la inversión en nuevas fuentes, con energía producida localmente y que sea renovable.
El capitalismo no morirá, sino que en su dinámica habrá una mayor participación del Estado, tal y como en los tiempos del "New Deal". Ese nuevo trato será llevado adelante por una nueva visión política, seamos optimistas y digamos que sí se puede.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Lecciones por aprender de una crisis

Lo que ha estado sucediendo en estos en los mercados financieros mundiales, particularmente en los Estados Unidos, nos debe llevar a las siguientes reflexiones para nuestro país:
1. No todo el mundo es sujeto de crédito y no siempre basta que la gente tenga una garantía que responda por un préstamo. Cuando la crisis "sub prime" se inició, todo los créditos estaban respaldados con casas, pero los bancos no son agencias inmobiliarias y eso no se debe perder de vista.
2. En el mundo financiero una mayor rentabilidad implica necesariamente mayor riesgo. En Costa Rica parece que eso no lo tiene claro los bancos, al prestar a manos llenas para consumo y para compra de vehículos, créditos más rentables pero mucho más riesgosos. Un banco estatal cuya animada publicidad se centró en el garrotazo que "le dan" a la gente otros bancos y financieras, estaba prestando a una tasa del 30% en una línea especial de crédito para consumo. Eso no ayuda al país, sobre todo si por prestar a algún tico, no le prestan a una empresa para que reinvierta en su empresa y aumente su producción.
3. Si me concentro en prestar para consumo, por razones de rentabilidad, el ahorro de la gente no sirve para crear riqueza, que se supone sirve para repagar los créditos a futuro. En ese caso estamos corriendo el riesgo que ante un cambio en los ingresos de la gente, ésta no pague los créditos y los bancos acumulen deudas terribles. Las deudas bancarias muy altas lleven a la iliquidez, a la insolvencia y a las crisis económicas.
4. Las tarjetas de crédito, los créditos para vehículos y los créditos para vivienda con esquemas de facilidad de pago (tasa fija los primeros años o cosas así por el estilo), deberían tener una regulación especial y una supervisión prudencial muy cuidadosa. La tarjeta de crédito por ejemplo, no se la deberían dar en principio a alguien sin trabajo (que aunque ustedes no lo crean, conozco gente desempleada a la que le han ofrecido tarjeta), y no la deberían recibir personas con ingresos menores a los $1000 por mes. Además, solo deberían servir para compras que se limiten a un porcentaje X de los ingresos comprobados de las personas (40%, por ejemplo). Flaco favor le hacen a una persona que gana ¢300.000 por mes, cuando le dan una tarjeta con un límite de crédito de $3000.
5. Las calificadoras de riesgo no están ahí para cumplir con el requisito y regalar las calificaciones de "AAA" (no digo quien, pero por ahí anda alguien en esas en este país). La calificación es una cosa seria, que representa la posibilidad de pago de la obligación financiera, así como el riesgo asumido por el inversionista. Nuestros bancos deberían ser más serios y someterse a calificaciones de riesgo en entidades extranjeras, que los comparen con sus bancos pares en otras partes del mundo.
Ojalá esto que está pasando nos lleve a la reflexión y a aprender de las experiencias de otros.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Cambio de Rumbo Urgente

Quisiera reiterar un tema que he tocado ya en otras ocasiones: la urgente necesidad de cambiar el rumbo de la política monetaria en nuestro país. O sea, un cambio en la cabeza del Banco Central, que se vaya Francisco de Paula Gutiérrez y que llegue otra persona que recupere la credibilidad del Banco Central como institución y como responsable del control de la inflación.

Mientras "Guti" permanezca al frente del Banco Central, todos nosotros seguiremos pagando la cara factura de un pésimo manejo en el control de la inflación. Don Francisco no ha sabido aprovechar los espacios creados para mejorar el combate contra la inflación y sigue defendiendo a un sector financiero que es por mucho causante de estos problemas.

¿Cómo puede Guti despreciar el aumento en el índice de precios al productor industrial, que es considerado como uno de los mejores indicadores adelantados de lo que sucederá con los precios domésticos? Eso es una muestra más de su extravío y de su falta de entendimiento del fenómeno inflacionario interno. Es muy fácil echarle la culpa a los precios externos de los problemas de inflación, cuando saben que esto no explica todo. (http://www.nacion.com/ln_ee/2008/septiembre/03/economia1686139.html)

Si son ciertos los rumores sobre la renuncia de "Guti", que el presidente al parecer no aceptó, lo único que podemos hacer es pedirle a don Oscar Arias que ese cambio urgente se haga rápido y que se nombre a una persona que haga todo el esfuerzo posible por atender el problema de la inflación de forma rápida. Mientras no sea así, todos seguiremos padeciendo por esos malos manejos y las ocurrencias del actual presidente del Banco Central.

martes, 2 de septiembre de 2008

¿Es la inflación la batalla correcta?

J. Bradford DeLong

Es profesor de Economía en la Universidad de California, en Berkeley, y ha ocupado el cargo de secretario asistente del Tesoro de los Estados Unidos

BERKELEY – La Reserva Federal y otros bancos centrales están sufriendo presiones desde dos direcciones estos días: desde la izquierda, reciben presiones de hacer algo para expandir la demanda y mantener bajo el desempleo global; desde la derecha, los presionan para contraer la demanda y así poner rienda a la inflación.

Se trata de una situación que llama a que ocurran problemas, ya que uno de los dos diagnósticos debe de estar equivocado. Si los bancos centrales del mundo elevan los tipos de interés mientras el problema principal es una demanda global insuficiente, pueden causar una depresión. Si no elevan los tipos de interés cuando el problema principal es la inflación, pueden causar alzas en los precios, aumentando las expectativas inflacionarias y una terca espiral de precios y salarios como la de los años 70, que se puede detener sólo con una depresión posterior más profunda.

Creo que la izquierda está en lo correcto –esta vez– en el núcleo noratlántico postindustrial de la economía global. Las cifras inflacionarias anunciadas son el único indicador de que el aumento de la inflación es un problema, o incluso una realidad. El índice de Costo del Empleo Estadounidense y otros indicadores de salarios nominales de los países desarrollados no muestran una aceleración del cambio. Y las medidas de "inflación dura" tampoco muestran signos de acelerar la inflación.

Estados Unidos vive una crisis financiera causada por las pérdidas hipotecarias que, con una política monetaria ordinaria, generaría una depresión o una grave recesión. En tiempos normales, la respuesta de la Reserva Federal –un estímulo extremadamente monetario– sería altamente inflacionaria. Pero estos no son tiempos normales. De hecho, la política monetaria de la Reserva Federal no ha sido suficiente para evitar una recesión en EE.UU., aunque la ha mantenido en un estado tan moderado que muchos dudan si pude calificarse como una bestia real.

La respuesta del Banco Central Europeo ha sido análoga a la de la Fed, pero menos forzosa, con una política monetaria más laxa de lo que se podría pensar que es apropiado considerando el índice de inflación anunciada. Y, también en Europa Occidental, ahora el PGB está disminuyendo.
En pocas palabras, los principales bancos centrales del Atlántico han respondido a la crisis financiera, pero no han sobrerreaccionado. Incluso con sus inyecciones de liquidez, el haber podido evitar caer en la crisis financiera ha eliminado el riego de que se produzca una espiral de salarios y precios que habría surgido de lo contrario.

Sin embargo, la inflación va en aumento, y no es de sorprender que aparezca en los titulares noticiosos. Esto refleja tres procesos que han estado ocurriendo. Primero, por el momento al menos, el mundo ha alcanzado los límites de sus recursos, y estamos viendo un cambio en los precios relativos a medida que la economía global responde de manera correspondiente, al hacer más baratos el trabajo y el capital y hacer más costoso el petróleo y otros recursos. El resultado de este cambio relativo es la inflación anunciada.

En segundo lugar, dentro de los Estados Unidos el regreso del dólar a su valor de equilibrio está creando inflación de los precios de las importaciones. Los costos para los consumidores estadounidenses están aumentando y los hace sentir más pobres, no porque se hayan vuelto más pobres, sino porque el patrón previo de desequilibrios globales exageraba su riqueza. El retorno global a un equilibrio es doloroso para los consumidores estadounidenses, y se revela como una mayor inflación anunciada. Pero responder combatiendo la inflación dentro de los Estados Unidos sería enormemente inadecuado: sería mucho más penoso para los consumidores estadounidenses y no tendría objeto alguno.

Finalmente, como han argumentado los economistas Adam Posen y Arvind Subramanian. "La búsqueda unilateral de China de objetivos mercantilistas produce inflación y sobrecalentamiento en el país". Sin embargo, "los esfuerzos estadounidenses de lograr que China renuncie a estos objetivos suena hipócrita cuando Estados Unidos mismo parece estar optando por un exceso de estímulo... Si el Banco Popular chino y la Fed aplicaran medidas más estrictas en coordinación con la mayoría de los bancos centrales, se silenciaría la mayor parte de las inquietudes locales chinas acerca de la depreciación competitiva".

La política de China de aplicar subsidios a las exportaciones a través de la manipulación de la moneda estaba condenada a convertirse en insostenible en el largo plazo, porque tarde o temprano generaría una importante inflación local. Ahora está generando también importantes problemas para los países en desarrollo, ya que la economía de China los supera en la competencia por recursos. Sin embargo, es políticamente imposible para el Gobierno chino alterar su política de tipo de cambio bajo presión y sin algún tipo de "concesión" por parte de los Estados Unidos, y un giro más estricto a la política monetaria estadounidense se podría hacer pasar como una "concesión".

Sin embargo, esto no pone el foco sobre lo que debería ser el tema de discusión: en estos momentos un mayor empleo en EE.UU. no es una meta adecuada para estabilizar el producto estadounidense y ofrece pocos beneficios, si es que ofrece alguno, para estabilizar los precios de Estados Unidos Y tampoco es que el que este país reduzca las importaciones más rápidamente resulte beneficioso para ninguna economía en desarrollo orientada a las exportaciones, incluida China.

Copyright: Project Syndicate, 2008 www.project-syndicate.org

viernes, 29 de agosto de 2008

Requiem por la Reforma Tributaria

El fin de semana pasado el Gobierno finalmente confirmó las palabras del ministro de hacienda, al asegurar que ya no se perseguiría la reforma tributaria. Con eso se abandona la posibilidad de hacer una reforma que modernice el sistema tributario, que elimine injusticias y algunos incentivos encubiertos.

Nuestro actual sistema tributario ha servido como incentivo productivo a algunas actividades económicas que ya no ocupan algo así, como las empresas de zonas francas y el sector financiero. La existencia la banca off shore, así como el hecho de que los bancos extranjeros puedan hacer negocios en el país sin pagar un cinco de impuestos (tema desnudado por el más reciente proyecto para exonerar combustibles para transporte público), son elementos que han sido empujados por leyes que tienen 20 o 30 años de elaboradas. ¿Por qué el sistema tributario iba a crear incentivos para que algunos ricos pudieran hacer negocios con bancos en bahamas? ¿Por qué un banco de Suiza va a estar exento de impuestos por prestar plata en Costa Rica? (Hay casi 300 exentos de este impuesto provenientes de todo el mundo). ¿Cuánta plata pierde en fisco así, en manos de los grandes capitales de este país que encontraron formas de hacerse ricos sin pagar impuestos? ¿Qué impacto tiene esta "banca paralela" en la política monetaria, que no puede controlar la inflación que tanto golpea a las personas más pobres?

Ese tipo de injusticias debía revisarse y modificarse, obligar a esos que más tienen a pagar y hacer más progresivo el sistema. Pero se abandonó esa batalla, volvemos a lo mismo, la visión de largo plazo es solo una frase en el discurso político y no una forma de gobierno.

Otro ejemplo: la ley exonera del impuesto de ventas a las carnes, al no poder discriminar por cortes, están exentos cortes de tanta calidad como el filet mignon, beneficiando a aquellos que sí tienen recursos para pagarlos. Lo mismo pasa con los embutidos, pues en el pasado se estableció la exoneración para este alimento, pero eso implica que hoy está exenta la mortadela de baja calidad de igual manera que el roast beef. ¿Cuánto del beneficio de las exoneraciones de impuestos de ventas se las dejan los ricos y las personas más adineradas del país?

Se abandonó esa batalla, el Gobierno decidió bajar los brazos y caer en las manos de la politiquería, estando a las puertas del año preelectoral. En este país pesa más el apoyo a un candidato, que la posibilidad de modernizar la estructura tributaria y corregir las injusticias que esta presenta. Se gobierna por un periodo muy corto entonces, porque luego de dos años y medio, la política es oprimida por la politiquería y entonces el país sigue igual. Que lamentable.

jueves, 21 de agosto de 2008

Para ampliar sobre biocombustibles

Quisiera poder cambiar hoy de tema, pero me interesa referirme a este, como complemento del último post.

El periódico La Nación informa que el país no tiene capacidad para suplir la demanda de biocombustibles y por lo tanto deberá importar, lo cual contradice parcialmente los objetivos del programa, no todos como parece indicar el Ministro Dobles, un ministro de ambiente al cual el medio ambiente le importa muy poco. Contradice esto los objetivos del programa porque se pretendía sustituir energía importada por energía producida localmente, con efectos favorables en balanza de pagos, sobre el tipo de cambio y sobre la producción local.

Ahora bien, hacerlo, aunque sea con biocombustibles importados, tendrá un efecto favorable sobre el medio ambiente que, dicho sea de paso, el Ministro Dobles no está viendo por ningún lado. Eso por sí solo dice mucho del ministro de ambiente.

Pero para no poner el dedo en la llaga sin que se haga una propuesta, este servidor propone algo que ha venido impulsando desde hace varios días: transformar a FANAL en una fábrica de etanol, en lugar de una fabrica de licores. La transformación no tiene que ser al 100%, tal vez parte de la producción y, sin ser un ingeniero experto en el tema, supongo que no implicará un cambio radical para la empresa, que ya destila alcohol a partir de la misma materia prima con que se produce el etanol, sin impactar negativamente en la producción de azúcar.

¿Nos quedaremos sin guaro?. Bueno, probablemente el Estado deba resolver los problemas energéticos del país, antes que los problemas de embriaguez de sus ciudadanos. ¿Qué les parece?

miércoles, 6 de agosto de 2008

Etanol hecho de desechos de...¿cerveza?

En los últimos meses el debate sobre la relación entre los biocombustibles y el precio de los alimentos ha seguido llevado por la idea, por muy poco cierta y mayoritariamente equivocada, de que la producción de etanol y biodiesel están reduciendo la oferta disponible de algunos alimentos y, por lo tanto, incrementando su precio. Bueno, reconozco mi oposición a semejente afirmación.

Si bien es cierto que es innegable el efecto que tiene la producción de etanol de maíz en el precio de este bien, otros países producen etanol con una variedad mayor de productos y su impacto en el precio de los alimentos es mínimo. Aparte del ya sabido caso de Brasil, muy bien cubierto en los últimos días, otro caso silencioso ha surgido cuya relevancia será mayor en poco tiempo: la producción de etanol de la empresa cervecera Molson Coors, dueña de las marcas de cerveza Coors y Molson, usando los desechos de la producción de cerveza como insumo.

Esta compañía, producto de la fusión de las empresas Molson de Canadá y Coors de Estados Unidos, tiene varios años en este proceso, al punto que la próxima Convención del Partido Demócrata que se llevará a cabo en Denver, EE.UU., usará etanol donado por la empresa Molson Coors para movilizar los vehículos flex fuel que se usarán en la convención. Esta empresa está produciendo 3 millones de galones de etanol al año, sin sacrificar la producción de maíz en el proceso, simplemente usando un producto de desecho: http://www.ens-newswire.com/ens/may2008/2008-05-22-093.asp

¿Tiene capacidad nuestro país para hacer algo? Probablemente sí, si nuestro enorme monopolio de cerveza quisiera es posible hacerlo. ¿Afectará eso la producción de alimentos en el país? Prácticamente imposible.

Pero además esto es un llamado para explorar otras cosas, analizar que otros desechos de procesos productivos podrían salvar al planeta de la contaminación y a nuestro país de la crisis del petróleo, con un proceso de producción 100% nacional. ¿Qué tal la broza del café, por ejemplo? ¿O los desechos orgánicos de la producción de banano?

Para el ingenio humano no hay límites, es cuestión de explorar y de tener la inicitiva, esperemos que así sea en Costa Rica.

viernes, 18 de julio de 2008

Don Francisco: POR FAVOR RENUNCIE !!!

Esta semana el Presidente del Banco Central demostró una vez más que su tiempo en el Banco Central se acabó, que sigue tomando decisiones desacertadas y que su confianza en el medio financiero está en su punto mínimo, para no decir que se agotó. Esta semana se dio una prueba más de las malas decisiones y del juego de "tiro al blanco" con el que se está manejando la política monetaria.

La decisión de esta semana es equivocada; por qué, porque la disminución del techo de la banda solo provocará que la presión sobre el límite superior se adelante, pues pudo esperarse hasta que el tipo de cambio llegara al techo anterior para poner al BCCR a vender sus reservas para defender las bandas. Ante la posibilidad de que alguien realice un ataque especulativo contra el BCCR, ese límite se tendrá que ajustar o en el peor de los casos eliminar, pasando de manera obligada y traumática a un sistema de flotación más libre.

Lo sucedido esta semana no es más que un juego especulativo, que si bien uno puede entender que existen presiones para que el tipo de cambio se eleve en el mediano plazo, esas presiones de mediano plazo no se expresan en dos días. Una situación similar se ha dado con el precio del petróleo, pues el nivel actual se ha alcanzado por la vía de la especulación financiera, aunque la tendencia de largo plazo del petróleo sea la de precios altos.

¿Qué se debió hacer? Es correcta la decisión de subir el piso, pues era importante acotar la banda, que se había hecho muy amplia. Pero el techo debió dejarse intacto, o inclusive ajustarlo hacia arriba. Eso daría espacio para expresar la tendencia de largo plazo del tipo de cambio.

Para eliminar el efecto especulativo, en principio el Banco Central debió evitar contener el tipo de cambio alrededor de los ¢521 y más bien haber permitido una leve devaluación a lo largo de las semanas, vendiendo dólares tal y como lo hizo, pero no conteniendo el precio del dólar. También se debería revisar el funciomiento de MONEX, pues existen cosas que no calzan bien, como por ejemplo las transacciones mínimas que tienden a ser de $1000, lo cual es muy poco para un mercado mayorista (una persona compra más que eso en un banco cuando piensa viajar).

Por último, debería tratar de ampliarse el número de participantes en MONEX y buscar medidas para reducir aquellas ventajas de invertir en dólares (incentivos tributarios inclusive), pues esto reduciría la demanda de divisas y con ello la presión de corto plazo sobre el tipo de cambio.

Parece que don "Guti" no estaba pensando en todo esto, anda perdido, una razón más para pedir sangre nueva en el Banco Central. El Tribuno sigue pensando en don Fernando Naranjo, un excelente candidato en esta coyuntura.

jueves, 10 de julio de 2008

"En la inflación, el origen importa"

Por Joseph E. Stiglitz PREMIO NOBEL DE ECONOMIA 2001

Los banqueros centrales del mundo son una cofradía propensa a las modas de turno. A comienzos de los 80, se enamoraron del monetarismo, una teoría económica simplista impulsada por Milton Friedman.

Cuando el monetarismo cayó en desgracia –con un costo tremendo para aquellos países que sucumbieron a su hechizo–, empezó la búsqueda de un nuevo mantra.

La respuesta vino en la forma de "meta inflacionaria": cuando el crecimiento de los precios supera el nivel de la meta, hay que aumentar las tasas de interés. Esta receta rudimentaria se basa en escasa teoría económica y evidencia empírica: no hay razón para suponer que independientemente de cuál sea el origen de la inflación, la mejor respuesta sea aumentar las tasas de interés.

Esperamos que la mayoría de los países tengan el buen criterio de no implementar la meta inflacionaria. Mis condolencias a los pobres ciudadanos de los países que la padecen. (Entre los países que oficialmente adoptaron la meta inflacionaria de una u otra manera, se encuentran: Israel, la República Checa, Polonia, Brasil, Chile, Colombia, Sudáfrica, Tailandia, Corea, México, Hungría, Perú, Filipinas, Eslovaquia, Indonesia, Rumania, Nueva Zelanda, Canadá, Gran Bretaña, Suecia, Australia, Islandia y Noruega).

Hoy, el sistema de poner metas a la inflación está a prueba, y seguramente fracasará. Los países en desarrollo poseen índices más altos de inflación no por tener peores macrogestiones, sino porque el precio de los alimentos y del petróleo está subiendo, y estos rubros representan una parte mucho mayor del presupuesto familiar promedio que en los países ricos. En China, por ejemplo, la inflación ronda el 8% o más. En Vietnam, es aún más alta y se estima que llegará al 18,2% este año, mientras que en India es del 5,8%.

Por el contrario, la inflación en Estados Unidos se mantiene en un 3%. ¿Eso significa que estos países en desarrollo deberían subir sus tasas de interés más que EE.UU.?

Importada

La inflación en esos países es, en su mayor parte, importada. Incrementar las tasas de interés no tendrá mucho impacto en el precio internacional de los granos o del combustible. De hecho, dada la magnitud de la economía estadounidense, si allí hubiese una desaceleración, posiblemente tendría un efecto mucho mayor en los precios mundiales del que tendría una desaceleración en cualquier país en desarrollo, lo que sugiere que, desde una perspectiva mundial, deberían elevarse las tasas de interés de EE.UU. y no las de los países en desarrollo.

En tanto los países en desarrollo se mantengan integrados a la economía mundial, y no adopten medidas para limitar el impacto de los precios internacionales en los precios internos, los precios locales del arroz y otros granos tarde o temprano van a subir considerablemente cuando suban los precios internacionales. Para buena parte del mundo en desarrollo, los altos precios del petróleo y de los alimentos representan una amenaza triple: los países importadores no sólo tienen que pagar más por los granos, también tienen que pagar más para traerlos a sus territorios y aún más para hacérselos llegar a consumidores que viven lejos de los puertos.

Aumentar las tasas de interés puede reducir la demanda agregada, lo que, a su vez, puede desacelerar la economía y mantener a raya los aumentos de precios de algunos bienes y servicios, especialmente de los no transables. Pero, a menos que se tomen a un nivel intolerable, estas medidas, por sí solas, no pueden hacer bajar la inflación a las metas estipuladas. Por ejemplo, aún si los precios internacionales de la energía y de los alimentos subiesen a un ritmo más moderado que hoy –por ejemplo, a un 20% anual–, y eso se viera reflejado en los precios locales, para llevar el índice inflacionario general a, digamos, un 3%, haría falta que otros precios tuvieran una caída muy pronunciada.

Esto, casi con total certeza, provocaría una desaceleración económica significativa y un alto nivel de desempleo. El remedio sería peor que la enfermedad.

¿Qué habría que hacer, entonces?

Primero, los políticos o los banqueros centrales no deberían ser acusados de importar inflación, como tampoco felicitados por la inflación baja cuando el contexto internacional es favorable. El ex presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Alan Greenspan, es responsable en buena medida del desbarajuste económico actual, ahora se admite. También se le suele atribuir la inflación baja que hubo durante su gestión. Pero lo cierto es que los Estados Unidos de los años de Greenspan se beneficiaron de un período de declinación de los precios de los commodities, así como de la deflación en China, que contribuyó a mantener bajo control los precios de los productos manufacturados.

En segundo lugar, debemos reconocer que los precios altos pueden causar mucho estrés, especialmente a las personas de menores ingresos. Los disturbios y las protestas en algunos países en desarrollo son la peor manifestación de esto.

Los partidarios de la liberalización del comercio han sido muy fervorosos en el elogio de sus ventajas, pero nunca fueron completamente francos respecto de los riesgos, contra los cuales los mercados nunca proveen un seguro adecuado. Hace veinticinco años demostré que, en condiciones plausibles, la liberalización del mercado podía empeorar la situación de todos nosotros. No estaba argumentando a favor del proteccionismo, sino advirtiendo que debemos ser conscientes de los riesgos y estar preparados para enfrentarlos.

Medidas de emergencia

En el caso de la agricultura, los países industrializados, como EE.UU. y los miembros de la Unión Europea, aíslan de esos riesgos tanto a los consumidores como al campo. Pero la mayoría de los países en desarrollo no cuentan con las estructuras institucionales, ni con los recursos, para hacer lo mismo. Muchos de ellos están imponiendo medidas de emergencia, como impuestos o vedas a las exportaciones, que ayudan a sus habitantes pero perjudican a los de los otros países.

Si queremos evitar una oposición aún más fuerte a la globalización, Occidente debe dar una respuesta rápida y categórica.

Los subsidios a los biocombustibles, que llevaron al campo a cambiar la producción de alimentos por la de energía, deben ser eliminados. Asimismo, algunos de los miles de millones de dólares que se gastan en subsidiar a los agricultores de Occidente deberían hoy destinarse a ayudar a los países en desarrollo más pobres, para que puedan satisfacer sus necesidades básicas de alimentos y energía.

Y, lo más importante: tanto los países desarrollados como los países en desarrollo deben abandonar la meta inflacionaria. Ya bastante tienen con pagar los precios cada vez más altos de los alimentos y de la energía. El enfriamiento de la economía y el aumento del desempleo que trae aparejados la meta inflacionaria no tendrán mucho impacto en la inflación: sólo harán más difícil la tarea de sobrevivir en estas condiciones.

(c) Project Syndicate. Traducción: Susana Manghi

martes, 1 de julio de 2008

Transporte eficiente

Esta crisis de precios de petróleo es particularmentemente diferente, porque, como dice don Juan Manuel Villasuso en su columna de La República el día de hoy, no es una crisis coyuntural, sino un problema estructural. Como problema estructural, o sea, que tiene el potencial de afectar los fundamentos de la economía y la estructura productiva, debe provocar un cambio de patrón de consumo de la población y de técnicas de producción.
Este cambio estructural en razón de una crisis energética da para muchos temas, pero me concentraré en uno particular en esta ocasión: el transporte y movilización de personas entre ciudades.
Luego del mortal pecado por el cierre del tren, Costa Rica no ha podido configurar un sistema de transporte público eficiente, que maximice la movilización de personas, con costos bajos y con el mayor nivel de orden y eficiencia. El transporte de personas es un caos, las líneas de buses están concentradas en San José, que se convirtió en una "mega terminal de buses", no se aplica el concepto de complementariedad y de transbordo entre las distintas líneas, y, para hacer más problemática la situación, la flotilla vehícular ha crecido muchísimo en un país donde la gente se ha acostumbrado a viajar sola en su vehículo.
Tenemos calles tan angostas como en Europa, pero costumbres gringas en el uso de vehículos.
Solución:
1. Hay que poner a funcionar el tren a la mayor brevedad posible, no podemos esperar hasta que a alguien se le ocurra poner a funcionar la concesión del tren metropolitano.
2. El transporte público dentro de la ciudad debe ser un servicio público en todo el sentido de la palabra, de propiedad pública. Así como se hace en las grandes ciudades europeas, la gente con un mismo "ticket" podría conectar con varias líneas de buses intraurbanos. En este caso no se maximiza el beneficio de la empresa, sino se maximiza la movilización de la gente y la utilidad del servicio para el usuario. Hay que dejar de lado dogmas sobre los servicios públicos.
3. Si el transporte público intraurbano fuese de propiedad pública (podría ser de propiedad de los gobiernos locales como en España), se podría complementar con el tren y minimizar el costo del servicio para la gente, posibilitando hacer transbordos del tren al bus y viceversa.
4. Los buses intraurbanos deben ser amplios, con pocos asientos, con piso bajo (casi al nivel de las aceras) y sin grandes rampas. Esto facilitaría la movilización de personas y evitaría los inconvenientes para las personas con discapacidad, pues todos los buses estarían acondicionados para este tipo de usuario. Aquí pueden ver un tipo de este bus, usado en Italia: http://www.bredamenarinibus.it/prodotti/prodotto_dettaglio.php?id=3

Para todo esto hay que apostar recursos públicos, hacer fuertes inversiones y rescatar de las cenizas al INCOFER. Esto indudablemente reduciría el uso de vehículos, movilizaría una mayor cantidad de personas de forma eficiente y disminuiría la factura petrolera que paga el país.

martes, 17 de junio de 2008

Subsidio al Diesel

La decisión de la semana pasada de reducir el impuesto al diesel y trasladarlo a las gasolinas, no tiene otro nombre más que este: populismo. Lo que fue una reunión anunciada para atender el problema que está generando la factura petrolera, se quedó en una medida con un fuerte tinte populista, que no resuelve el tema del reto que tiene adelante el país con el gasto en petróleo.

La reunión se quedó en un tema de precios, donde el rebalanceo de los impuestos provocará en el mediano plazo una reducción de la demanda de gasolinas (gravadas en exceso) y un aumento de la demanda del diesel (exento), que sin duda tendrá un fuerte impacto fiscal. ¿Se consideró este punto en la reunión? ¿Dijo algo el presidente del Banco Central sobre la factura petrolera o sigue preocupado de los chismes sobre su destitución?

Dicha medida, que no es más que una propuesta sacada de la manga, solo tendrá efectos negativos desde el punto de vista fiscal y monetario. ¿Por qué fiscales? Porque como decía, reducirá la recaudación del impuesto a los combustibles, usado, entre otras cosas, para financiar la infraestructura vial. Pero además, si el país sigue pagando cada vez más en combustibles el déficit de cuenta corriente se hará más grande (la diferencia entre importaciones y exportaciones), se incrementará la presión sobre el tipo de cambio, al reducirse la demanda de divisas, y esto podría provocar una devaluación. ¿Qué dijo Guti sobre este punto o no lo consideró? ¿Cuál es la posición del Ministerio de Hacienda sobre el impuesto?

Lo más preocupante es que el presidente, quien en algún momento llegó a decir que un país debía tomar las decisiones que tenía que tomar aunque a la gente no le gustaran, cambió de rumbo y se fue por la vía fácil, por la vía del populismo. Parece que don Oscar está perdiendo el rumbo del barco, o tiene "marineros" que no le están dando buen consejo.

En una crisis de está magnitud, la mejor forma de atender el problema es facilitandole a la gente el uso de medios masivos de transporte. Pero, mientras en República Dominicana el presidente Leonel Fernández acaba de inaugurar un sistema de metro que costó $500 millones, en Costa Rica estamos discutiendo cómo transferirle $4 millones al INCOFER. Que mal que estamos!!!

Mejoremos los medios masivos de transporte, apliquemos el concepto de urgencia nacional al servicio del tren, invirtamos lo necesario en eso. Dejémonos de juegos y pongamos a andar los buses intersectoriales. Cambiemos los subsidios al diesel por incentivos tributarios limitados, que son más transparentes y se focaliza el beneficio a los productores a los que el combustible les impacte más. Juguemos en serio, apostemos en grande a estas cosas, o la crisis nos va a comer.

miércoles, 11 de junio de 2008

Sin Acceso al Caribe?

Para nadie es un secreto que la provincia menos desarrollada de nuestro país es la de Limón, y para colmo de males, unos cuantos la siguen saboteando y sumiendo cada vez más en la miseria.
La Controlaría General de la República hace unos días no dio su aprobación para que la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) continuara pagando horas extras a un grupo de muelleros. A estos, se les contrató para trabajar en jornadas de seis horas, pero diariamente laboraban 8, lo cual implicaba que JAPDEVA tuviese que cancelarle 2 horas extras diarias (mismas que se pagan como tiempo y medio).
El pago por jornadas extraordinarias, según la legislación laboral es una figura extraordinaria y excepcional, la cual no puede bajo ningún supuesto consolidarse como una situación permanente, hecho que ocurría en este caso y que así se les había hecho ver a JAPDEVA desde el año 2002.
Entonces, ¿por qué esperarse 6 años para tomar acciones?, o peor aún, ¿por qué tener que llegar al extremo de que la CGR no autorice un presupuesto por presentar el mismo irregularidades?
Pero este punto aunque preocupante, no es el más preocupante, este grupo de personas, que bajo la consigna de un llamado a huelga o aplicando mecanismos como el tortuguismo han hecho que estas irregularidades se consoliden, se presentan ahora como los grandes afectados (por sus propias acciones).

Resulta que esta gente está trabajando una sola jornada de 6 horas durante las cuales aplican, el tortuguismo, esto como forma de presión para que se les vuelva a pagar horas extras.
Como consecuencia, el principal puente de importación y exportación del país se encuentra inhabilitado, las navieras amenazan con no volver a operar en Limón, los bananeros y otros exportadores de productos perecederos se han visto en la obligación de congelar sus productos o asumir mayores costos para que estos sean exportados vía Caldera, se están perdiendo las conexiones de los buques intercontinentales que salen de Panamá, la propia JAPDEVA esta viendo disminuidos sus ingresos, en síntesis la competitividad del país esta en peligro por culpa de unos cuantos.
Lo más triste es que el mayor afectado sigue siendo el pueblo de Limón, su credibilidad se ve entredicho, tanto como sus posibilidades de desarrollo social y económico.

lunes, 9 de junio de 2008

¿Nuevo Presidente del Banco Central?

Anda el rumor corriendo por algunos corrillos, que a "Guti" le van a aplicar la grúa y que en su lugar llegará el señor Fernando Naranjo a la presidencia del Banco Central. Al parecer el Gobierno ya le perdió la paciencia al señor Gutiérrez y no quiere arriesgarse a seguir sufriendo más desgaste por el tema de la inflación.


El Tribuno está de acuerdo, ya es hora de que alguien se de cuenta de que "Guti" ha tenido una desteñida gestión y que su principal labor, que es la lucha contra la inflación, no ha sido cumplida.


Sea cierto o no el rumor, ya es hora de que llegue una figura fresca al Banco Central, alguien que no tenga un pasado comprometido con los sectores financieros de este país y que venga de una vez por todas a controlar la inflación. En un próximo comentario El Tribuno explicará el por qué el Banco Central no ha podido con la inflación en Costa Rica.


Ojalá, eso sí, que si no es el señor Naranjo no se les ocurra poner en lugar de Guti a Eduardo Lizano, porque eso sería (para que nos entendamos) pasar de "Guatemala" a "Guatepeor". El señor Lizano es el culpable de las pérdidas actuales del Banco Central, al tomar decisiones al final de la década pasada que favorecieron a los banqueros del país y perjudicaron la lucha contra la inflación.


El Tribuno.